Paradigmas

“Ya es tiempo de aprender a ser libre de todos los paradigmas falsos que hasta hoy te dirigían, y de disfrutar sin culpa” -Dr. Bernardo Stamateas-

Cuando leí esta frase inmediatamente pensé en cuántos paradigmas aún me están estorbando. La mayoría de nosotros hemos crecido con creencias relacionadas a nuestra persona, ya sea en lo físico, emocional o intelectual.

Me refiero a esos pensamientos tan arraigados que se han convertido en creencias, porque suponemos que ese conocimiento adquirido, principalmente cuando pequeños, es verdadero y surge en nuestro interior como una afirmación.

Por supuesto que estas creencias son tanto positivas como negativas. Las positivas nos impulsan, nos afirman en seguridad. Pero las negativas, son esas creencias o paradigmas que nos limitan y que surgen, generalmente, en momentos de estrés o quizá cuando enfrentamos situaciones que nos representan un reto.

Nos dice la Biblia en Proverbios 23:7 “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él…”

O sea, los paradigmas sembrados en nuestro corazón, son los que van a regir nuestras reacciones o conductas. Y son esos paradigmas negativos, de los que tenemos que librarnos porque nos limitan.

Por ejemplo, por mucho tiempo yo tuve la creencia de que nadie me iba a querer por mi carácter, crecí con esa idea porque una persona muy significativa para mí, me lo decía a menudo. Al tener esto grabado en mi interior, me esforzaba por ganarme el cariño de los demás…era muy desgastante y además muy triste. 

Fue hasta que comprendí el amor incondicional de Dios y dejé que ese amor transformara esos pensamientos de rechazo, en aceptación, que pude ser libre y disfrutar de lo que él me ofrece cada día: amor sin condición.

Qué importante es poder identificar ese tipo de creencias y que el Espíritu Santo nos guíe hacia la libertad que ya tenemos en Cristo, para así, vivir plenamente y disfrutar de lo que nuestro Creador ha dicho que somos y podemos.

La identidad de hijos amados y seguridad en lo que él ha hecho nos hace disfrutar de su amor y aceptación y vivir como es Su propósito para nosotros.

Vive su anhelo, vive su plan, vive su amor, vive su paz. Vive la libertad que en él y a través de él, puedes disfrutar.

 
Maru Flores